domingo, 30 de agosto de 2015

De ilusiones cumplidas (Linares, 28-VIII-2015)


     ¿Quién me iba a decir a mí que iba a torear un 28 de agosto en Linares? Esa fue la frase que, desbordando ilusión, me dijo David Lorente tiempo antes de salir los carteles de la feria de San Agustín, cuando ya sabíamos que el aniversario de Manolete sólo iba a tener el lustre menor de una novillada sin picadores.

     Como cada deseo, el de David por torear en Linares un 28 de agosto tenía su intrahistoria. Esta es de las bonitas. Lorente, murciano de nacimiento, sintió Linares como suya cuando hace más de una década desembarcó en la ciudad de las Minas para intentar su sueño de ser torero. Allí hizo amigos y echó raíces, los mismos y las mismas que sigue teniendo más de diez años después. Lo intentó, debutó con picadores y tuvo la sensatez de saber que ése no era su camino.

      Duró poco en ese escalafón, cambió el oro por la plata (y el azabache) y empezó a hacer el paseíllo detrás de los matadores. No le causó ningún trauma. Además, desde un principio se hizo tercero, cogió oficio y se hizo un gran puntillero. Así que no para de torear tarde tras tarde, ya sea en una capital o en un pueblo de esos que tienen la fuente en mitad de la plaza. Y, por si fuera poco, en su otra labor, la de veedor, tiene poco tiempo de descanso.

      Llegó la ocasión y toreó en Linares, pero no el 28 de agosto, hasta que por fin hace un par de días se cumplió el sueño. Lo vi extrañamente nervioso en el patio de cuadrillas y después en el callejón. Hasta que salió el novillo que le tocaba banderillear, se fue andando hacia él en el aire que suele hacer Fernando Sánchez y clavó en todo lo alto. Aún tenía que entrar otra vez, y volvió a hacerlo con la misma torería y contundencia. Saludó, y la plaza de Linares se puso en pie para aplaudir esos dos pedazo de pares.

    Encima, esa misma noche, en las palabras con que comentó un vídeo de Facebook donde se veía ese tercio de banderillas, tuvo el señorío de acordarse de dos personas que ya no están, Enrique, tantos años conserje de la plaza; y Juani Serrano, madre del matador Antonio José Lorite, que lo acogieron en Linares como si David fuera algo suyo. Y eso dice mucho de una persona.






     Sí, ya sé que ha sido en una novillada sin picadores y todo eso. Pero también sé que David no se cambiaba por nadie en esos momentos. Y como es mi amigo, y el blog es mío, le dedico este post. Eso sí, si me hiciera caso y le diera fiesta a la lechuga y el agua mineral para perder el perfil de torero antiguo que tiene, andaría en cotas más altas. Pero ya se sabe… “cá uno es cá uno”. 

sábado, 29 de agosto de 2015

Linares, 28 de agosto. Gloria -menor- a Manolete (y II)

Coyunturas aparte, una tarde donde se recuerda a un torero tan, tan grandioso, está plagada de pequeñas historias que recordar. Para empezar, ese ramo de claveles en el mismo lugar donde cayó herido mortalmente el IV Califa de Córdoba.

Sin lugar a dudas, el paseíllo más triste de estos últimos 67 años...

Paco Moreno, matador de toros y asesor durante tantos años en el coso de Santa Margarita.

Este buen señor se ahorró del tirón los 25 € que costaba un tendido. 

Y al ganadero Pedro Luis García La Rubia se le notaba en la cara que no tenía la responsabilidad de lidiar esa tarde.

Alguno perdió la montera. Pero le trajo tan buen bajío que luego se la tuvo que quitar por derecho.

El corazón de un torero...
...y la torería de otro.


Juan José Perucha saludando en banderillas. Un gran tipo. 



Tres de Raúl Cervantes, que estuvo de categoría con capote y banderillas.

Y Javier Cerrato les anduvo para atrás así de bien.

Tomás Campuzano, ahora tras la barrera en labores de apoderamiento con Daniel García.

Pero fue Adrián Grande quién le brindó su novillo.

El cuarto, único con el hierro de Collado Ruiz. Los demás fueron de El Cotillo

Pedro Gallego hizo bueno aquello de "por una puerta o por otra". Por desgracia fue la de la enfermería, pero antes había brillado con luz propia.

Morenito de Jaén. Justo 31 años antes, el 28 de agosto de 1984, alternó en Linares con Paquirri y Luis Francisco Esplá. La vida...

Por cierto, la novillada duró casi tres horas. Y cuando acabó, ahí estaba nuestro espectador del principio, ahora acompañado por la luna llena. Eso es afición. 

Linares, 28 de agosto. Gloria -menor- a Manolete (I)

     Linares, 28 de agosto, coso de Santa Margarita, LXVIII aniversario de la muerte de Manolete. Casi treinta años yendo a esta plaza, quince de ellos (con sólo la excepción de 2007) estando allí cada 28 de agosto, siempre con una corrida de toros, siempre con un ambientazo, siempre sabiendo que ese día era el más importante del toreo en la provincia a lo largo de la temporada. 

     Hasta ayer, 28 de agosto de 2015, ni corrida, ni ambiente, y una novillada de cinco erales y un añojo en el cartel. En fin...qué voy a contar yo que no se haya dicho ya... 

     La tarde en sí tuvo argumentos de sobra para los aficionados, destacando tres de sus protagonistas. Por orden de actuación, a mí me encantó Daniel García, de Vilches, con un excelente corte de torero, además de valor. Manejó con mucho gusto el capote, y más aún la muleta. Pero es que encima, en sus manos fue a caer el novillo más desagradable del encierro, con el que se puso desde un primero momento como si fuera bueno. Mirad, es muy difícil apostar por un sin caballos pero, de los muchos que hay en esta provincia, si uno tiene cualidades para llegar, ése es Daniel García









     Pedro Gallego parecía otro torero, transfigurado desde la última vez que lo vi. Salió a darlo todo, yéndose a portagayola, y parando al novillo con gaoneras rematadas con una larga de rodillas en la que fue alcanzado, sufriendo una cornada que no llegó a rasgar el vestido. A partir de ahí anduvo mermado de facultades físicas, que no toreras, porque algunos pasajes de su larga faena fueron sensacionales. Tan tocado estaba que para dar la vuelta al ruedo al finalizar su actuación hubo de apoyarse en su banderillero Raúl Cervantes








    Y la otra sorpresa fue Antonio Luis Risoto, becerrista de Navas de San Juan, del que había oído hablar muchísimo y que anduvo por la plaza con un gusto extraordinario. Fue manso, pero noble, el sobreañojo que  lidió, y anduvo con una inteligencia impropia de su edad a la hora de manejar terrenos, distancias y querencias. Además, algunos muletazos fueron auténticos carteles de toros.





De los otros tres actuantes el más entonado fue Curro Moreno, que abrió plaza con un eral de gran clase, frente al que tanto con capote y muleta dejó buenos pasajes, pero sin llegar a redondear, sobre todo en la parte final de su actuación. 




     Por último, tanto Adrián Grande como Luis Eduardo Salido no tuvieron su mejor tarde en Linares. Al primero le faltó oficio para solventar la papeleta que presentaba un eral encastado, mientras Salido se perdió en probaturas, y claro, el tiempo pasó sin que su faena dejara poso alguno. Al final, salieron a hombros Daniel García y Antonio Luis Risoto, mientras Pedro Gallego era atendido de una cornada en la enfermería. 









Linares (Jaén),  viernes 28 de agosto. Primera de feria. 
4 erales de El Cotillo, 1 (4º) de Hnos. Collado Ruiz y un becerro (6º), de El Cotillo, sobresaliendo los lidiados en primer y cuarto lugar. 

Curro Moreno (azul rey y oro con remates dorados): Oreja. 
Daniel García (verde botella y oro): Dos orejas tras aviso. 
Adrián Grande (rosa y azabache): Vuelta al ruedo. 
Pedro Gallego (verde manzana y oro): Oreja tras aviso. 
Luis Eduardo Salido (habano e hilo blanco): Ovación. 
Antonio Luis Risoto (blanco y plata): Dos orejas. 

Un cuarto escaso de plaza. Saludaron en banderillas David Lorente, Juan José Perucha y Raúl Cervantes, que además bregó magistralmente.