martes, 8 de marzo de 2016

A puerta cerrada en "El Burguillo"

     Llevaba ya unos pocos años sin pisar la "Dehesilla Burguillo", que aún estando prácticamente extramuros de Bailén, sin embargo pertenece al término municipal de Guarromán. Allí tiene sus animales de saca Javier Araúz de Robles, uno de los ganaderos con más solera de la provincia de Jaén. Pero estas tierras han sido azotadas por la crisis, y la vacada que no ha desaparecido ha visto mermado en gran medida su número de cabezas.  Y, el otro día, en "El Burguillo", a mí se me caía el alma a los pies contemplando el cercado de los cuatreños, que siempre vi lleno de toros, completamente vacío. Ojalá vuelvan pronto aquellos tiempos. 





     Javier Araúz de Robles sólo lidiará una novillada picada, con reseña para Madrid, a lo largo de esta temporada 2016, y el motivo de nuestra visita era ver la lidia a puerta cerrada de un cuatreño, el nº 33 del guarismo 2 por parte del matador linarense Antonio José Lorite. El toro, entrepelado oscuro, muy en el aire de la casa sacó buen son por el pitón derecho, pero el ventarrón reinante hizo que el torero pocas veces pudiera manejar los engaños a voluntad. 





     Pero aún así, tuvo ocasión de cincelar algunos momentos de gran trazo, sobre todo por ese pitón derecho que apuntábamos antes. Y de eso pudimos disfrutar los presentes, entre los que por supuesto se encontraban el ganadero y su esposa, Ana María Dávila de Araúz, y también un hombre de campo que ha sido imprescindible durante los últimos años en esta divisa. Es Antonio Luna, mayoral de la casa desde hace muchísimos años, pero que sigue manteniendo la misma chispa que ya se gastaba cuando tuve la ocasión de conocerlo, hace ya más de un cuarto de siglo. 



     Acabó la tarde con la climatología completamente de espaldas, poco menos que augurando la granizada que sobre estas mismas tierras iba a caer en unas horas. Viento y frío no son buenos aliados para templar muñecas, pero sí para estar en el campo.Y en él se quedó Javier Araúz de Robles, con muchos años a las espaldas, pero todavía con los arrestos suficientes como para montar a caballo y hacerse así el largo trecho que hay entre la plaza de tientas y el caserón de "El Burguillo". Ay, ! qué ganaderos más buenos hemos tenido en Jaén !

martes, 1 de marzo de 2016

Juan Mora, un lujo en Sorando (y II)


      Hacía viento y frío esa tarde de jueves, profetizando el fin de semana siberiano que por el puente del Día de Andalucía íbamos a sufrir en Jaén. Y aunque en esos altos de la sierra andujareña la temperatura no era la ideal para templar muñecas, Juan lo fue haciendo conforme se iba desarrollando lel tentadero. Por delante dos becerras coloraítas ojinegras que se antojaban de la rama Camuñas que hay en la casa. Para terminar, una negra muy chorreada que por hechuras parecía de “lo antiguo”, que es como se llama en esta ganadería a lo que queda de la parte que hizo famosa a esta ganadería y que estaba formada con una base de Villamarta a la que con los años se fueron añadiendo sementales de Samuel, Galache, Alcurrucén y Daniel Ruiz hasta formar una divisa con personalidad propia. 






     A lo que vamos. Juan desgranó su tauromaquia, ésa en la que las prisas no existen, el temple es arma fundamental y la calidad siempre prima sobre cualquier atisbo de cantidad. De esa manera, primero con el capote -hubo una media eterna que permitió hacer hasta cuatro fotografías sin usar la “metralleta”- y después con la muleta, fue dejando pinceladas de toreo caro, de ése que rara vez se ve en las plazas y que los locos de esto añoramos disfrutar. La verdad, contra más sé de esto, menos  entiendo, y tampoco que un torero como el de Plasencia no esté en las ferias abriendo carteles de lujo. Yo, por ejemplo me haría no sé cuántos kilómetros por ver un cartel en el que se anunciaran Juan Mora, Finito y Talavante. Y a lo mejor ni un metro para presenciar otro en el que pudieran estar  tres de los diez primeros nombres del escalafón. Será que soy un raro… 







      En fin, que como dije en la primera parte de este post, la tarde-noche del jueves 25 de febrero de 2016 para mí se queda. Lástima que por culpa de este puñetero “sistema” mucha gente no pueda disfrutar en la plaza lo que yo gocé en el campo. Lo dicho, será que soy un raro…