jueves, 8 de septiembre de 2011

Con "Rafaelillo" en "Los Rodeos"























"Los Rodeos" es el nombre de una finca cordobesa que está entre los términos de Azuel y Conquista, allá donde el valle de "Los Pedroches" se vuelve más profundo e intensamente bello. Comparable al del Táliga, este paraje donde Andalucía se funde con La Mancha y casi con Extremadura, es un deleite para la vista, que se pierde entre interminables encinares y un terreno entrellano que cualquier aficionado al toro querría poseer.

Quizá por eso mismo la compró hace ya unos años el andujareño Antonio Torres Sancho, que en cuanto tuvo oportunidad se hizo con una punta de ganado bravo. Primero, de "Guadalest", algo que poco a poco fue eliminando para después adquirir vacas de Collado Ruiz, Torrehandilla, Torreherberos y, por último, de la extinta vacada de Joao Moura, aquella ganadería portuguesa que por su excelsa clase se hizo favorita de las figuras del toreo. Después el rejoneador portugués se desencantó del bravo, acrecentó su locura por los galgos, y la vacada desapareció.

Pero una gran parte de esos ganados están ahora en "Los Rodeos", ganadería que ya el año próximo dará el salto a lidiar novilladas picadas.

Y como Antonio Torres, su dueño, lleva por bandera aquello de la grandeza del toreo, no le dolieron prendas en regalarle un toro a "Rafaelillo" para que lo tentase en su finca. Todo surgió con la naturalidad que da una conversación entre amigos, y el torero cambió una mañana en familia por un tentadero en el que disfrutó de verdad. Tan improvisada, que tuvo que tentar vestido de calle, porque el traje corto estaba en Murcia.

Venía "Rafaelillo" de pasar una de esas tardes de gloria amarga y se encontró con una becerra de dulce. Tanto, como que surgió el Rafael Rubio artista que yo conocí hace ya veinte años, recién llegado a tierras de Jaén. Así que fue soltando poco a poco las muñecas, encajando la cintura y rompiéndose con la vaca, hasta el punto de que nadie que no lo supiera podría atisbar que ese torero era uno de los tíos que mejor puestos los tiene en el escalafón, capaz de superar cada día las dificultades de toros muy complicados.

Pero acabó la vaca y salió el toro. Un "hombre", bien hecho, pero serio. Como el ganadero quería verlo en el caballo le pegaron tres trancazos fuertes, lo que le restó fuelle para la muleta, pero aún así, "Rafaelillo" pegó unos cuantos muletazos de categoría.

Y se fue, feliz, para Murcia, en su recién estrenado Porsche Cayenne, fruto de muchas tardes de miedo, sudor y casi lágrimas. Esa tarde su niña, una preciosidad de tres meses, lo esperaba. Seguro que su padre le contó lo torero que se había sentido esa mañana en "Los Rodeos". Lo sentenció el propio Rafael, con una cara de satisfacción inmensa, después de haber cuajado a la vaca: "Anda, para que luego digan que "Rafaelillo" no sabe torear...".

Pues eso, y como testigos mudos, pero implacables, las fotos, fedatarias de cómo toreó de bien "Rafaelillo", una mañana de septiembre, en "Los Rodeos".

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ERES UN CRACK..SIN COMENTARIOS...

Anónimo dijo...

Es de los pocos que se merecen que las cosas le rueden bien, un tío como la copa de un pino

Anónimo dijo...

las vacas procedentes de Moura fueron compradas Por El Juli y a su vez vendidas a Los Rodeos. Estaba bueno el jamón?.

L. M. Parrado dijo...

"Anónimo",justo como cuentas fue como llegaron las vacas de Moura a "Los Rodeos", vía Juli.
Por cierto, no probé el jamón. ¿Por qué lo preguntas?

Anónimo dijo...

Hola LM como siempre maestro mis respetos para su labor, usted casado con el mundo del toro nos de oportunidad de ver plasmado su arte en sus fotografias, gracias.

Atte. La Mexicana