martes, 19 de enero de 2016

Invierno en "Remonta" (y II)



     Dejada atrás la carretera, la margen derecha del camino que lleva hasta el coqueto caserío de "Remonta" es una llanura inesperada donde campan a sus anchas las dos docenas de erales que Gabriel Mercado va a lidiar este año. Fiel a aquello de “más vale ser cabeza de ratón que cola de león” ha conseguido a base de esfuerzo, buenos conceptos y selección (además de trabajando de sol a sol) una ganadería que es, sin duda alguna, de las que tienen mejor fondo, bravura y calidad en esta provincia de Jaén. 





     Ese cercado, amplio y llano, con alguna ondulación y poca arboleda, es algunas veces protagonista de una labor rara vez vista por estas tierras, el acoso y derribo. Y es que la quebrada orografía jiennense no deja lugar a garrochas y galopes, sino a garrotas y trotes cortos. Sin embargo, a Gabriel, consumado caballista a la par que picador, le gusta correr de vez en cuando a sus becerras. 





     No podrá ser este año, porque otro ganadero ha comprado la totalidad de las hembras de tienta para mejorar su vacada, así que el resultado de los animales del guarismo 4 tendrá que verlo directamente en la plaza. Si salen como hechuras tienen, serán un espectáculo. Y no hablo de nada que no se pueda contemplar en estas fotos, donde aparecen novillos de hechuras espectaculares. La mayoría, de pelo castaño ojinegro u ojalado, alguno hay colorado, pocos negros y uno que bien podría reseñarse como melocotón.






     Allí, en ese remanso de paz que hay entre Navas de San Juan y Santisteban del Puerto, Gabriel Mercado los ve crecer, cuajarse y comer en ese largo morril que se antoja sacado de una finca antigua, donde gusta de tomar el sol una gatita tricolor que es la mar de simpática.
      Y, mientras se carga a la espalda los sacos de pienso y las pacas de paja, mientras no para en todo el día, mi amigo Gabriel no deja de pensar en cómo darán los hijos de “Defensa-5”, semental castaño que aparecía en el anterior post. O en qué aire saldrá aquel becerro de la “Doliente”, o el de aquella jabonera que tentaron a campo abierto y  rebautizaron como “Pachequera”. O si ese castañito de ojo grande y franca mirada será tal y como su expresión atisba. En definitiva (y soy testigo) lo que es vivir, pensar y estar en ganadero. Otros, con mucho más, lo son muchísimo menos que él.

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