martes, 1 de marzo de 2016

Juan Mora, un lujo en Sorando (y II)


      Hacía viento y frío esa tarde de jueves, profetizando el fin de semana siberiano que por el puente del Día de Andalucía íbamos a sufrir en Jaén. Y aunque en esos altos de la sierra andujareña la temperatura no era la ideal para templar muñecas, Juan lo fue haciendo conforme se iba desarrollando lel tentadero. Por delante dos becerras coloraítas ojinegras que se antojaban de la rama Camuñas que hay en la casa. Para terminar, una negra muy chorreada que por hechuras parecía de “lo antiguo”, que es como se llama en esta ganadería a lo que queda de la parte que hizo famosa a esta ganadería y que estaba formada con una base de Villamarta a la que con los años se fueron añadiendo sementales de Samuel, Galache, Alcurrucén y Daniel Ruiz hasta formar una divisa con personalidad propia. 






     A lo que vamos. Juan desgranó su tauromaquia, ésa en la que las prisas no existen, el temple es arma fundamental y la calidad siempre prima sobre cualquier atisbo de cantidad. De esa manera, primero con el capote -hubo una media eterna que permitió hacer hasta cuatro fotografías sin usar la “metralleta”- y después con la muleta, fue dejando pinceladas de toreo caro, de ése que rara vez se ve en las plazas y que los locos de esto añoramos disfrutar. La verdad, contra más sé de esto, menos  entiendo, y tampoco que un torero como el de Plasencia no esté en las ferias abriendo carteles de lujo. Yo, por ejemplo me haría no sé cuántos kilómetros por ver un cartel en el que se anunciaran Juan Mora, Finito y Talavante. Y a lo mejor ni un metro para presenciar otro en el que pudieran estar  tres de los diez primeros nombres del escalafón. Será que soy un raro… 







      En fin, que como dije en la primera parte de este post, la tarde-noche del jueves 25 de febrero de 2016 para mí se queda. Lástima que por culpa de este puñetero “sistema” mucha gente no pueda disfrutar en la plaza lo que yo gocé en el campo. Lo dicho, será que soy un raro…

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