martes, 12 de mayo de 2015

Un día en Navalrosal

















Mañana lluviosa, muy lluviosa, de primavera en Extremadura. A unos cinco kilómetros de Llerena, en el margen derecho de la carretera que lleva a Fuente de Cantos, un cartelón anuncia "El Cercado", nombre de la finca donde Ramón Gutiérrez, padre e hijo, cincelan día a día su ganadería, anunciada en los carteles bajo el sonoro nombre de Navalrosal
Es "El Cercado" un predio extraordinario, que goza de un microclima magnífico, donde el agua fluye todo el año, pero que en primavera se abre como un auténtico espectáculo para los sentidos. Los cercados son un estallido de color, y aquellos que se han dejado para siembra un auténtico vergel, donde la avena casi sobrepasa -sin exagerar un ápice-, la altura del todoterreno. 
Así que las vacas, a pesar de andar paridas y con rastra, están gordas como nutrias, tienen el pelo brillante y las ubres rebosantes. Y de los animales de saca, ni hablamos. Poco han dejado este año los ganaderos con destino a las plazas. Sabedores de la coyuntura actual, han vendido casi toda su camada para puerta cerrada, reservándose únicamente una novillada picada completa, seria y fuerte, que será estoqueada en Calasparra a primeros de septiembre. Además de esos ocho utreros, un par de ellos más viajarán hasta la concurso de Cabanillas del Campo, que la divisa extremeña ha ganado en los dos años que se ha celebrado. 
Mientras llegan esas fechas pasan en la finca que los vio nacer días como los de nuestra visita, que empezó lloviendo a mares y acabó con la tarde gris, oscura, pero templada. Tanto, que nos dejó ver los dos lotes de vacas, esos novillos de saca y otros como un berrendo en castaño que es un tío y cuyo destino es ser probado para semental. Y, hablando de padres de bravura, en el cercado donde estaban, imponía la presencia de "Cojo-24", indultado hace once años en San Agustín de Guadalix. Allí andaba el hombre, catorce primaveras sobre sus espaldas, ya mayor, con calvas del pelo que ha empezado a caérsele por la edad, pero desafiante ante la presencia de los extraños. 
Muchas alegrías le ha dado a su divisa, y los ganaderos han decidido que muera de viejo en la finca. Algo que debería ser ley para los toros indultados, pero que pocos cumplen. Claro, que hablar de Navalrosal es hacerlo de dos ganaderos que, además, son señores. Y como tales actúan.

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