miércoles, 12 de diciembre de 2012

Navalrosal, allá donde los toros siempre humillan (I)











Parafraseando al gran Sabina, en vez de escribir "Pongamos que hablo de Madrid", mejor lo haremos de Llerena, en Badajoz, donde pasta una ganadería de pura sangre Núñez, en la que hace un par de días se tentaron unos machos. Se trata de "Navalrosal", que siguiendo con el parafraseo a Sabina, es el lugar "allá donde los toros siempre humillan". En realidad, más que tienta era cuestión de saber qué juego daban, porque su destino estaba marcado en el matadero, ya que se trataba de tres toros que se habían partido los pitones en las impresionantes peleas (yo no he visto otras de más intensidad) que se producen en "El Cercado", que así se llama la finca que Ramón Gutiérrez, padre e hijo, tienen allí.
Casi todos los tenían rotos más allá de su mitad, lo cual los inutilizaba completamente para su lidia, pero eso no fue óbice para que embistieran como tejones a las telas de Eugenio de Mora, Morenito de Aranda y Juan Manuel Jiménez, que fueron los encargados de torearlos. A caballo, Javier García, de Gerena, que les hizo sangre de verdad, cogiéndolos siempre arriba.
Y también arriba, se vinieron los toros en la muleta, donde uno tras otro tuvieron una característica fundamental: la humillación, pero también, lo mucho que duraron, porque alguno de ellos estuvo más de 25 minutos embistiendo, sólo a la muleta. Pero, sobre todos destacó el último de la tarde, "Josefino-7", que en su día había estado reseñado como novillo para Madrid, y al que finalmente no se pudo embarcar para ningún sitio debido a la merma de su encornadura.
Le tocó (porque se hizo sorteo) a Juan Manuel Jiménez, y su forma de embestir y de durar nos encandiló a todos. Más que a nadie, a Morenito de Aranda, que se ha hecho ganadero hace muy poco y que cerró el trato con Ramón, el ganadero, para quedárselo como semental. Así que "Josefino" ganó su vida como siempre lo han hecho los toros, merced a su comportamiento en la plaza, aunque fuera la de tientas.
Y yo, viéndolo después, con el lomo teñido en sangre y su mirada de bravura, pensaba en las algaradas antis y en su desconocimiento sobre lo que es la cría de este animal. Y también contemplé la mirada de sus dos compañeros de camada, que al rato iniciaron su último camino para morir en el matadero de un infame pistoletazo. Como los fanáticos que van en contra del toro bravo quieren y como nunca, nunca, un aficionado al toro y al toreo querrá.

2 comentarios:

J. Cisneros dijo...

Joder Luis Miguel, cuanto te haces de rogar, aunque a decir verdad, como siempre, poquito y bueno, un saludo y Feliz Navidad

Juanito dijo...

No me sorprende el comportamiento de estos TOROS, todas las fotografías que veo el blog de los Señores ganaderos, compruebo y admiro la clase que tienen humillando al máximo haciendo un surco en el albero con el hocico. La Fotografías de maravilla Luis Miguel.