A pesar de haber nacido en Venezuela, el novillero Jesús Enrique Colombo
ha asentado sus raíces toreras en tierras jiennenses. La explicación está en
que desde hace dos años está siendo apoderado nada menos que por la casa Ruiz
Palomares, así que su presencia en tentaderos por las ganaderías de la zona es
más que frecuente, como no podía ser menos.
Entre ellas,
la de Paco Sorando, que hace unos días, cuando el calor de verano todavía no
había arrasado, le encerró unas vacas para que rematara lo que ha sido una
intensa preparación invernal de cara a un verano que se antoja clave para
él.
No se entiende cómo, a pesar de haber firmado un tremendo
final de campaña en 2015, con éxitos tan destacados como las cuatro orejas y
rabo cosechadas en una feria de novilladas con tanta repercusión como Villa del
Prado, apenas se haya visto anunciado en la presente campaña, donde sólo lleva
una actuación, que saldó saliendo a hombros en Santisteban del Puerto.
La verdad es
que el panorama de los novilleros con picadores está como para tirar los
trastos y salir corriendo, porque apenas se están dando festejos donde los
integrantes del escalafón puedan hacerse y coger oficio. Luego algunas empresas se
hartan de hablar de futuro… y apenas si lo promocionan. En el pecado llevarán la
penitencia.
Por suerte, entre agosto y septiembre llegan varias
ferias de novilladas, en la mayoría de las cuales hará el paseíllo este
novillero venezolano. Para empezar, mañana torea en Mont-de-Marsan, y después
hay por delante compromisos como Sigüenza, Casavieja, Escalona, Calasparra,
Villaseca, Villa del Prado, Cadalso de los Vidrios, Almoguera y, seguramente, Arnedo.
Un puñado de fechas donde reivindicarse y llamar a las puertas de esas plazas
grandes que, para los toreros en su situación, lo dan todo. De momento,
mientras llegan, y para los que no lo conozcan, sirvan estas imágenes para
mostrar cómo es el toreo de Jesús Enrique Colombo.