Hubo un tiempo en que Cebada Gago no llevaba el sambenito
de ganadería dura que le colgaron después de que un toro le horadase el muslo
al Niño de la Capea en una feria de Sevilla de 1991. Antes de eso la vacada
asidonense, con bien ganada fama de ser el “laboratorio” de Don Álvaro Domecq,
acostumbraba a soltar toros extraordinarios. Aún lo sigue haciendo, sólo que
los de ahora están mucho más remontados en raza que los de aquellos tiempos, a
pesar de las sucesivas y eventuales incorporaciones de sementales de otras
ganaderías como Torrealta, e incluso
Torrestrella, una vez vueltas a su cauce las aguas de la amistad entre ambas
casas.
Pero, a lo que vamos. Leyendo las revistas taurinas y
después ese “invento maligno” que es Twitter, he recordado que esta tarde se
cumplen 25 años, un cuarto de siglo, del indulto de “Comedia” en la plaza de
Algeciras. Hoy en día algo así habría pasado desapercibido, -algo que muestra
cómo el tema del indulto ha ido degenerando y perdiendo su verdadera
importancia a lo largo de estos años- pero en aquella época revistió carácter
de excepcionalidad. Primero, porque la ley no contemplaba el perdón para la
vida de un toro en corridas ordinarias y, después, porque fue en una plaza de
segunda categoría.
“Comedia”, nº 59, que dio en báscula 523 kgs, era negro poco
bragado y fue embarcado en “La Zorrera” con destino a la cuarta corrida de la
feria de Algeciras, que habría de celebrarse el sábado 30 de junio. El cartel
estaba compuesto por Emilio Muñoz, Espartaco y Pedro Castillo, siendo la
cuadrilla del de Triana quien sacó en el sorteo el lote donde estaba “Comedia”,
cuya lidia quedó establecida en cuarto lugar.
Había reaparecido el sevillano apenas unos meses antes, y
cuajado una faena de oreja a un serio cinqueño entrepelado de Manolo González
en la Maestranza allá por abril. Un trasteo, desarrollado a los sones del
pasodoble “Andújar”, que le dio crédito para entrar en las ferias. De hecho, el
día de antes había actuado en Burgos, y veinticuatro horas más tarde lidiaría
en Soria una corrida de Martínez Benavides.
No le salieron bien las cosas a Muñoz en Algeciras con su
primer toro, el menos lucido de un gran encierro. Espartaco había cortado una
oreja del segundo y Castillo las dos del tercero cuando saltó al ruedo
“Comedia”. Hijo de “Ajustador-11”, un gran semental del hierro de Cebada, con
sangre Núñez por los cuatro costados, y que a lo largo de los años dejó su
impronta en otras ganaderías como Torrestrella, Marqués de Domecq o Santiago
Domecq, donde su hijo “Pocopelo” resultó ser un magnífico raceador. Este
“Ajustador” era a su vez hijo de “Fiscal-265” y nieto del celebérrimo
“Arrumbadito-12”, ambos con el hierro de Carlos Núñez Manso.
En cuanto a la vía
materna, “Comedia” tenía “Núñez” y “Jandilla” al 50%. Era el primer hijo de una vaca joven que
también que se llamaba igual que él -no “Comedianta”, como por error se ha
venido consignando-. Después parió varios productos más, con la curiosidad de
no sólo no hubo alguno que llegase al nivel del indultado en Algeciras, sino
que ninguno de ellos sirvió.
Lo que pasó aquel último sábado de junio, hace un cuarto de
siglo, ya es historia. Muñoz, que hizo el paseíllo embutido en un terno marino
y oro, se encontró con “Comedia”, que en varas empujó con el pitón izquierdo,
yéndose ligeramente a los pechos del caballo, y después tuvo una duración
tremenda en la muleta, con un pitón izquierdo sensacional. Una vez indultado,
Emilio cogió una banderilla para simular la suerte de matar, pero finalmente lo
hizo con la mano. El toro volvió a los corrales y el matador dio la vuelta al
ruedo junto al ganadero Salvador García Cebada y el mayoral Antonio Flor
Parrado. Por cierto, cuatro años antes ellos ya habían disfrutado el indulto de "Pregonero" en la tradicional corrida concurso de Jerez.
Dos años después el reglamento redactado por el equipo de José Luis
Corcuera entraba en vigor, regularizando el indulto en las corridas ordinarias, no sólo en las concurso, algo en lo que influyó decisivamente el suceso de Algeciras. A partir de su
promulgación, se abrieron las puertas para poder indultar al toro que lo mereciera…y
a muchos que no, también, tal y como el tiempo se ha encargado de demostrar.
Desgraciadamente,
“Comedia” no sobrevivió a las heridas ni a los calores del verano y murió a
mediados de julio. Años después un sobrino suyo, el cinqueño “Castillerito”,
hijo del semental Bolero, que como Comedia había sido engendrado por
“Ajustador”, era indultado en Istres allá por 2003. Y es que, aunque algunos se
empeñen cabezonamente en quitarle importancia, las reatas son las reatas…y rara
vez suelen fallar.
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