sábado, 29 de agosto de 2015

Linares, 28 de agosto. Gloria -menor- a Manolete (y II)

Coyunturas aparte, una tarde donde se recuerda a un torero tan, tan grandioso, está plagada de pequeñas historias que recordar. Para empezar, ese ramo de claveles en el mismo lugar donde cayó herido mortalmente el IV Califa de Córdoba.

Sin lugar a dudas, el paseíllo más triste de estos últimos 67 años...

Paco Moreno, matador de toros y asesor durante tantos años en el coso de Santa Margarita.

Este buen señor se ahorró del tirón los 25 € que costaba un tendido. 

Y al ganadero Pedro Luis García La Rubia se le notaba en la cara que no tenía la responsabilidad de lidiar esa tarde.

Alguno perdió la montera. Pero le trajo tan buen bajío que luego se la tuvo que quitar por derecho.

El corazón de un torero...
...y la torería de otro.


Juan José Perucha saludando en banderillas. Un gran tipo. 



Tres de Raúl Cervantes, que estuvo de categoría con capote y banderillas.

Y Javier Cerrato les anduvo para atrás así de bien.

Tomás Campuzano, ahora tras la barrera en labores de apoderamiento con Daniel García.

Pero fue Adrián Grande quién le brindó su novillo.

El cuarto, único con el hierro de Collado Ruiz. Los demás fueron de El Cotillo

Pedro Gallego hizo bueno aquello de "por una puerta o por otra". Por desgracia fue la de la enfermería, pero antes había brillado con luz propia.

Morenito de Jaén. Justo 31 años antes, el 28 de agosto de 1984, alternó en Linares con Paquirri y Luis Francisco Esplá. La vida...

Por cierto, la novillada duró casi tres horas. Y cuando acabó, ahí estaba nuestro espectador del principio, ahora acompañado por la luna llena. Eso es afición. 

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