viernes, 10 de julio de 2015

Y Jaén se vistió de Afición (I)

     Cuando las cosas se hacen con ilusión la mayoría de las veces salen bien. Me consta de sobra la que personas como Joselito Rus, Antonio Sutil, Verónica Ruiz o Manolo Fuentes le ponen a la escuela taurina de Jaén. Y con toda la del mundo organizaron una clase práctica el pasado sábado en el coso de La Alameda, justo unas horas antes de que se supiera que José María González de Caldas (uy, perdón, José Luis Peralta, qué lapsus el mío...) iba a llevar las riendas de esta plaza durante los próximos seis años. Esperemos que el hombre aguante el tirón. 

     Pero, a lo que vamos. La tarde del pasado sábado 4 de julio invitaba a todo menos a salir de casa. Primero, porque el calor era insoportable, y después, porque a la hora justa en que había que coger camino, en Jaén se formó un amago de tormenta que metía miedo, con varios remolinos por las calles y la sensación de que algún árbol se podía partir por la mitad de un momento a otro. 




     A pesar de todo eso la gente acudió a la plaza. ¡ Vaya si acudió !. Hasta el punto de que cuando a las 7:30 sonaron clarines y timbales, los tendidos registraban una entrada cercana a su mitad, y eso que la sensación térmica era de bastante más de 40º C. Ya hubieran querido muchos de los empresarios que han organizado corridas en Jaén haberse encontrado con semejante aforo. 





      Se lidiaron cinco erales de Moragón, ganadería de reciente creacion, asentada en tierras jiennenses de Jimena y formada en base a vacas y sementales de Carlos Núñez, a los que después se adicionaron raceadores de El Retamar, divisa madrileña propiedad de Manolo Hurtado, criador que hace muchos años tuvo por estas tierras la ganadería de El Alamo, cuya propiedad ostentaron en un principio el propio Hurtado, Luis Arquillos y Modesto Bargueño.

      Estuvo bien presentado el encierro, de juego dispar, sobresaliendo la buena clase del primero. En cuanto a los toreros, Curro Castillo (berenjena y oro) cortó las dos orejas del que abrió plaza. Idéntico premio logró Rocío Romero, protagonista por derecho propio del festejo, por cuanto se llevó los dos trofeos en liza, tanto el que había destinado al triunfador y el que la peña “Oliva y Oro” concedía al momento más artístico, que fue la trincherilla cuya instantánea aparece justo debajo de estas líneas.





      Odei “Ruiz de Jimena” (grosella y azabache), que se está haciendo torero en casa de Moragón, se llevó un apéndice de un ejemplar que fue a más en mansedumbre. Juan Melchor (azul rey y oro) anduvo con más voluntad que acierto y fue silenciado tras escuchar dos avisos, cerrando la tarde -ya noche a esas alturas- Antonio Luis Fernández (grosella y oro), de Pegalajar,  que paseó dos orejas e instrumentó algunos de los muletazos más sentidos del festejo. Lo cierto es que tiene un muy buen corte de torero, y a poco que cuide su físico está llamado a metas mayores.






     La tarde tuvo sus anécdotas, entre ellas una que me alegró sobremanera, como fue el reencuentro con Juan Peco, que después de pasar un durísimo trance a consecuencia de un accidente de tráfico, tuvo la raza y los c…... de irse a ver la novillada. Otra alegría fue ver a Manuel Díaz Meco, Don Manuel, que también ha pasado un arrechucho de salud, pero que allí estaba, desbordando afición y cariño. El mismo que lleva teniendo conmigo desde hace casi treinta años. 

     Entre los profesionales, matadores como Carnicerito de Ubeda, presidente del jurado que decidió los premios (todo un gustazo compartir esas horas con Juan Antonio Millán), y banderilleros ilustres, caso de José Antonio Carretero, que desde que se nos “ha hecho” jiennense no se pierde una.

 

     Ese fue el transcurso de la primera parte del festejo, donde otra de las anécdotas vino protagonizada por el percherón encargado del arrastre, que montó tal espectáculo que los dos últimos novillos hubieron de ser sacados del ruedo por tracción humana. Ahí ya se había hecho noche, porque el evento duró más de tres horas. ¿El motivo? Pues que una vez terminado el turno de los de luces, llegó la hora de los más pequeños , que se pusieron delante de un par de becerritas, también de Moragón, en lo que para algunos era su debut no sólo en público, sino ante un animal bravo. Pero todo lo bonita que fue esa parte la contaremos en el próximo post. 

1 comentario:

Juanito dijo...

Bonita novillada y me alegro mucho de que Rocío Romera siga triunfando y siga creciendo paso apaso en el Arte de Cuchares.

Y me a alegrado mucho de la mejoría de Juan Peco le envió una abrazo y completa recuperación.
Y gracias Luis Miguel por tu magnifica información.