Domingo de Toros en Santisteban, última función de las cuatro que la empresa Collado Ruiz había programado para este año y cartel mayor. Inmediatamente antes de la corrida, la Mayordomía, que en el dia postrero de fiestas viste con traje claro, cruza como es tradición el anillo de la plaza. Recuerdo cómo me sorprendió esta costumbre la primera vez que vine a ver toros en Santisteban, allá por 1989. Y este año, viendo la imagen repetida, no pude por menos que pensar cómo estarán ahora aquellas mozas de hace 27 años. Tempus fugit...
Cartel de relumbrón, apoderados de postín. Juan Ruiz Palomares, toda una vida al lado de Enrique Ponce, al que hizo torero, persona y millonario. Y Curro Vázquez, el hombre clave en la carrera taurina de su sobrino Cayetano. Nunca le podrá agradecer el pequeño de los Rivera "lo bien" que le ha hecho las cosas su tío desde que decidió vestirse de luces.
Por cierto, me llamó la atención que Cayetano tuviera renombrados sus capotes con el nombre de su padre "Paquirri".
Conversaciones entre toreros. ¿Qué se dirían Enrique y Curro?
Conversaciones entre amigos. Enrique y Ángel Alberto del Arco, hijo del maestro Ángel del Arco, primer gran valedor de Ponce en los medios de comunicación. Apostó por él antes que nadie, y gracias a Ángel el nombre de Enrique Ponce empezó a sonar a nivel nacional. Ahora, el maestro de las ondas anda delicado de salud. Todos rezamos por él.
Después de hacerlo por Ponce, Ángel del Arco también apostó por Joselito Rus. Y aunque no se saliera con la suya de verlo hecho una figura de oro, Joselito es uno de los más grandes con la capa y las banderillas.
Grande en lo suyo es Juan Diego López, que actuó como delegado gubernativo, aunque también es aficionado práctico. Y aunque lo vean con esa cara de seriedad, es un tipo de 10. Él y Felipe Torres no tienen igual en estos contornos.
"Flujito", nº 26, de Albarreal, cuarto de la tarde. Un dije que, paradójicamente, fue el que menos sirvió de los que llevaban ese hierro.
La gente de Cayetano siempre pendiente de él...
...claro, que yo lo estaría si viera a mi torero entrar a matar de esa forma una y otra vez.
Aunque el susto vino cuando llegó la hora de usar el descabello. Afortunadamente, sin consecuencias.
Por fortuna no tuvo que actuar el Dr. Rafael Fuentes, una eminencia de la cirugía taurina con el que tenemos la suerte de contar en las plazas de Jaén. Aunque la mayor de todas es no tener que verlo actuar nunca. Que así sea.
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